Inconvenientes de tratar el picor de tu perro con corticosteroides

En medicina veterinaria se emplea recurrentemente los corticosteroides para el tratamiento de ciertas afecciones alérgicas de piel en perros, que suelen traer consigo un rascado continuo del animal en la zona afectada.

El rascado es un tema molesto tanto para el dueño como para el animal, ya que puede generar o complicar cuadros ya existentes como la dermatitis atópica, sin duda la afección de piel más frecuente en los perros.

Efectos adversos

Aunque los corticoides alivian estos casos, disminuyendo el picor y por tanto mejorando este tipo de enfermedades de la piel, hay que tener muy cuenta los efectos adversos vinculados a un tratamiento con un corticosteroide y, sobre todo, valorar que existen tratamientos alternativos sin corticoides.

Hay numerosos efectos adversos asociados y trastornos en el comportamiento de tu mascota vinculado al empleo de corticosteroides, como por ejemplo el aumento anormal de la necesidad de comer (polifagia), de la sed (polidipsia), y de la frecuencia de las micciones (poliuria), así como el constante jadeo que provocan en el animal.

Todos estos efectos secundarios generan alteraciones en la vida del animal y, por descartado, también en la de sus dueños. Así un animal que muestra ansia por la comida, además de acabar padeciendo muy probablemente obesidad, resultará molesto para la familia con la que convive, pues se comerá todo lo que encuentre, desde comida, hasta basura y heces en el peor de los casos. Esto aumentará además sin duda el riesgo para el propio animal de padecer infecciones y otros trastornos.

Por otra parte, el aumento de la sed y, por consiguiente, del número de micciones son igualmente trastornos que alteran la vida normal de la mascota y de sus propietarios, ya que el animal no podrá esperar y hará sus necesidades en casa y los dueños se verán obligados a aumentar la frecuencia y duración de los paseos para evitarlo.

Otros efectos derivados de los tratamientos con corticoides son de carácter más crónico, afectando a numerosos órganos y tejidos; desde la piel (caída del pelo, entre otros), los músculos (mayor desgaste), hasta el aparato digestivo (sangrado y perforaciones), entre otros.

Su uso interfiere además con el tratamiento de la diabetes, incrementando además la predisposición a padecer esta enfermedad, o empeorándola en aquellos animales que ya la padecen. También alteran las defensas del animal, que se ve más expuesto a sufrir infecciones, especialmente en riñones y vías urinarias; y hasta el carácter, provocando en algunos casos que el animal se muestre más agresivo.

Cambios en el corportamiento de tu mascota

La Universidad de Lincoln, en Reino Unido, ha llevado a cabo recientemente un estudio clínico con perros concluye que, al igual que en humanos, existen evidencias de que el empleo de terapias con corticoides también tiene efectos no deseados a nivel del sistema nervioso y del cerebro del perro. Algunos de los perros del estudio se mostraron menos juguetones, cansados y nerviosos, más desconfiados, agresivos y asustadizos y más ladradores de lo habitual también.

Como consecuencia de estos resultados, los científicos encargados de realizar el ensayo recomiendan a los veterinarios clínicos que adviertan a los propietarios de estos posibles cambios en el carácter de sus perros cuando les prescriban terapias con corticoides.

Existen alternativas a los corticoides

La buena noticia es que existen productos sin corticoides actualmente en el mercado. Tratamientos para las afecciones de la piel, entre ellas para combatir el picor de origen alérgico que provoca y complica cuadros como la dermatitis atópica canina (la enfermedad cutánea más frecuente en los perros), que no pasan por el uso de corticosteroides y que:

  • Tienen un perfil de seguridad más apropiado.
  • No interfieren, a diferencia de los corticosteriodes, en las pruebas de alergia.
  • No interfieren con las vacunas que ponemos al animal. Los corticoides podrían hacerlo ya que producen alteración del sistema inmunitario.
  • Pueden emplearse junto a otros tratamientos que deba seguir tu mascota (diabetes, artrosis, etc.).
  • Se pueden usar tanto para obtener resultados inmediatos como para tratamientos a largo plazo.

Recuerda siempre consultar a tu veterinario antes de tomar cualquier decisión. Él te aconsejará, previo diagnóstico, sobre las alternativas que existen hoy día para tratar las afecciones de piel de tu perro de forma más eficaz y segura.