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Gafas de sol para tu mascota

Sí, somos totalmente conscientes de que quizá el título de este post puede sonar un tanto extraño, pero lo cierto es que ponerle gafas de sol a nuestro perro o gato puede resultar más recomendable de lo que creíamos según los expertos. Te contamos todo lo que expone el Instituto Veterinario Oftalmológico (IVO) acerca del uso de lentes protectoras para tu mascota.

¿Son verdaderamente necesarias?

Esta es la primera pregunta que seguro te habrás hecho en más de una ocasión y la respuesta sería muy parecida a la que podemos darnos a nosotros mismos si nos preguntamos cuán necesarias son las gafas de sol: No las “necesitamos”, pero según los expertos, parece que son recomendables y hay casos en los que imprescindibles.

Y es que tal y como expone el IVO , si bien nuestra mascota intenta protegerse de la mirada directa a los rayos UVA como hacemos nosotros, puede tener ciertas lesiones oculares cuyas molestias serán mucho menores si le ponemos unas gafas de sol que le ayuden en el día a día y que, previamente, hayan sido aceptadas por su veterinario. En este sentido, enfermedades como las queratitis inmunomediadas, las cataratas, determinados tumores o sequedad ocular pueden empeorar con la radiación solar.

Deberá ser un experto veterinario quien determine qué gafas de sol son las adecuadas para las necesidades de tu mascota

Por otra parte, pasar el día en la playa o en la nieve con nuestro animal sería una de las situaciones en las que, sin importar si sufren alguna patología o no, sería recomendable que les equipáramos con unas gafas preparadas para ellos y así evitar que la radiación pueda dañar sus ojos.

Algunas razas son más propensas que otras

Optar por equipar a nuestro perro o gato con gafas de sol no solo tiene que ver con si sufre algún daño ocular que pueda paliarse en cierta medida con la protección de las lentes, sino también con la raza a la que pertenezca, pues las hay más propensas que otras.

Encontramos, por ejemplo, el caso del pastor alemán y el pastor belga, muy propensos a una queratitis superficial crónica conocida como pannus que constituye un problema que empeora con las radiaciones ultravioletas. Lo mismo ocurre con algunos tumores como los carcinomas, melanomas y hemangiomas que empeoran o incluso aumentan si nuestra mascota pasa mucho tiempo al sol sin ninguna protección. En este caso serán los gatos de colores claros los que son más proclives a experimentar esta enfermedad.

Tampoco los bulldogs franceses, ingleses y sus amigos los carlinos están exentos de problemas oculares debidos al sol: tanto por la exposición solar como por el viento pueden hacer aparecer en estos animales el síndrome del ojo seco o empeorarlo en caso de que ya exista. Los dos primeros también tienen que tener especial cuidado con la queratitis pigmentaria.

Otras situaciones donde es recomendable utilizar gafas de sol

Aparte de ante la aparición de patologías y si se va a pasar el día en la playa o la nieve hay otras ocasiones en las que podemos visitar a nuestro veterinario y optar por ponerle gafas a nuestra mascota:

  • Para protegerse de objetos extraños, exceso de vegetación o demasiada arena.
  • Como protección contra objetos voladores o insectos.
  • Como protección ocular en animales que olfatean y llevan los ojos bastante salidos (siempre y cuando las gafas de sol no presionen los párpados).
  • Como protección ocular para perros de trabajo como los perros policía o los perros de rescate.
  • Para animales ciegos, como protección ocular que les evite golpes.

Con todo, los expertos coinciden en que lo importante es que siempre optemos por unas gafas de sol homologadas, que bloqueen el paso de (como mínimo) el 50 % de los rayos solares y que estén hechas de un material que resista. Eso sí, siempre bajo la previa supervisión de un veterinario que realmente considere que a nuestro animal le hacen falta las gafas de sol y que escoja las más adecuadas para él. Una vez nos hayamos hecho con las gafas perfectas lo único que tenemos que hacer es ayudarle a familiarizarse con ellas (premiándole cuando se las ponga, por ejemplo) e incorporarlas poco a poco a su rutina.