Enfermedades transmitidas por garrapatas

La infestación por garrapatas en perros y gatos es frecuente en toda Europa. Estos parásitos se fijan con sus mandíbulas a la piel del animal y, además de ser molestos, pueden actuar como vectores de transmisión de enfermedades graves para los animales y para las personas.

Enfermedad de Lyme

Se transmite por garrapatas tan pequeñas que pueden no dejarse ver. Cuando esto sucede, el diagnóstico es más difícil de realizar. Una vez que una garrapata de este tipo muerde, produce una erupción roja de forma circular que ni pica ni duele, pero que se va extendiendo y que genera cansancio, dolores de cabeza intensos, ganglios linfáticos inflamados, problemas musculares faciales y neurológicos. Esta enfermedad puede producirse más de una vez en un mismo paciente.

Esta patología es una infección que debilita en gran medida pero que no es mortal, sin embargo, si no se diagnóstica y trata de forma adecuada puede desarrollar problemas como:

  • Parálisis facial
  • Artritis
  • Desórdenes neurológicos
  • Palpitaciones

Turalemia

La tularemia es una enfermedad contagiosa que afecta a algunas especies animales y que en determinadas circunstancias puede transmitirse a las personas.

Presenta por lo general síntomas semejantes a los de un proceso infeccioso (aparición brusca de fiebre alta, malestar general y, en los procesos más graves, lesiones en los dedos y ganglios axilares, alguna vez ulcerados); es endémica en Castilla y León, no es contagiosa entre personas, tiene un adecuado tratamiento mediante antibióticos prescritos por facultativos y la prevención es, sin duda, la mejor fórmula parta evitar su contagio, ya que la adopción de una serie de conductas fácilmente aplicables evita su transmisión.

Ehrlichiosis humana

Esta enfermedad que puede transmitir una garrapata se contagia a través de las picaduras de garrapatas infectadas por tres bacterias diferentes: Ehrlichia chaffeensis, Ehrlichia ewingii y Anaplasma. El problema con esta enfermedad se presenta más en los niños porque, usualmente, los síntomas comienzan de 5 a 10 días después de la picadura y si el caso se torna severo puede causar grave daño cerebral. Tanto para las mascotas como para las personas, parte del tratamiento es la administración de antibióticos entre otros medicamentos durante un período de al menos 6-8 semanas.

Algunos de sus síntomas son: pérdida de apetito, fiebre, dolor en los músculos y articulaciones, dolor de cabeza, escalofríos, anemia, bajada de glóbulos blancos (leucopenia), hepatitis, dolor de estómago, tos severa y en algunos casos salpullido.

Parálisis por garrapata

La parálisis de garrapata, o parálisis por mordedura de garrapata, es causada por una potente toxina que se libera a través de la saliva de determinadas especies de garrapatas hembras, y que se inyecta en la sangre del perro cuando se adhieren a su piel. La toxina afecta directamente el sistema nervioso, dando lugar a un grupo de síntomas nerviosos en los animales afectados.

Las toxinas liberadas por las garrapatas causan la parálisis de la neurona motora inferior, que se define como una pérdida del movimiento voluntario y que es causado por una enfermedad de los nervios que conectan la médula espinal y los músculos. Con la parálisis de la neurona motora inferior, los músculos permanecen en un aparente estado de relajación.

La parálisis comienza desde los pies y va subiendo por todo el cuerpo. Además, en la mayoría de los casos, produce síntomas similares a la gripe: dolor muscular y agotamiento y dificultad para respirar. Cuidados intensivos, apoyo de enfermería y baños de insecticidas serán necesarios como tratamiento. Como comentamos, los mayores afectados de parálisis por una picadura de garrapata son los perros, no obstante, los gatos también puede sufrirla.

Anaplasmosis (ehrlichiosis granulocítica humana)

La anaplasmosis es otra de las enfermedades que puede transmitir una garrapata. Es también una patología zoonótica infecciosa, lo que significa que puede infectar a las personas, así como a las mascotas. Es producida por una bacteria intracelular trasmitida a los humanos por la picadura de tres especies de garrapatas (ciervos: Ixodes scapularis, Ixodes pacificus y Dermacentor variabilis). En algunos casos provoca alteraciones gastrointestinales y en la mayoría afecta a los glóbulos blancos.

Los pacientes expuestos al agente de la enfermedad a menudo tienen problemas para ser diagnosticados debido a la naturaleza no específica de los síntomas y a que se presentan súbitamente de 7 a 14 días después de la picadura. La mayoría son dolores de cabeza, fiebre, escalofríos, mialgia y malestar que se puede confundir con otras enfermedades infecciosas y no infecciosas y virus.