Pensando en adoptar una mascota estas navidades

Antes de adoptar, es muy importante que nos preguntemos si realmente estamos preparados para hacernos cargo de un animal de compañía. Te contamos los cambios que conllevan la adopción de una mascota para que valores si puedes responsabilizarte, o no, de su cuidado y educación. Tendrás que:

Adaptar la vivienda al animal

Adoptar implica habilitar nuestra casa al animal de compañía, darle espacio, pero también ofrecerle seguridad y protección. Por tanto, tendremos que disponer de un espacio en la cocina para colocar allí su bebedero y comedero, de una zona donde podamos depositar allí su cama, de armarios para guardar las cosas que necesita (collares, cepillos, trasportín...). Además, si tenemos jardín, habrá que comprobar que las plantas no son tóxicas y vallar la piscina, en el caso de que tengamos, para evitar que el animal pueda caerse.

Adaptar tu rutina a la mascota

Nuestro ritmo de vida también debe acoplarse al animal. Por ejemplo, no podemos irnos de casa temprano y llegar a las tantas dejando al cánido solo en casa todo el día. Tendremos que organizarnos para que el animal no esté demasiado tiempo solo. Asimismo, habrá que establecer unas rutinas para sacarlo, si es un perro, durante un tiempo considerable (no se trata solo de que haga sus necesidades, sino de que corra y se relacione con otros perros); para asearlo, para educarlo por medio de normas que faciliten su integración y la convivencia con la familia, para dejarle comida, para llevarlo al veterinario... y hasta para darle cariño y atención.

Adaptar tu vida al nuevo miembro de la familia

Sí, porque el animal que adoptemos será un nuevo miembro de la familia. De este modo, nuestra vida tendrá que acoplarse al animal. Las vacaciones, tendremos que organizarlas con él; si no resulta posible, tendremos que buscar un sitio donde podamos dejarlo el tiempo que no esté con nosotros. Si se produce algún cambio de domicilio, también habrá que contar con el espacio que necesita nuestra mascota. Si salimos, tendremos que habituarnos a llevarlo con nosotros en su trasportín correspondiente... Es decir, ya no estamos solos, tenemos un nuevo miembro en la familia y, como tal, habrá que contar con él cuando hagamos planes.

Adaptar la economía a los gastos adicionales

Al principio hay que hacer un desembolso considerable porque el animal necesitará su bebedero y recipiente para la comida, su arenero si es un gato, su trasportín, su cama, sus juguetes... Igualmente, habrá que ponerle el chip, inscribirle en el censo, contratar un seguro de responsabilidad civil si lo exige la Administración, vacunarlo, ir al veterinario, comprar pienso, buscar un collar o correa para su paseo si es un perro, etc. Pero, además, habrá que comprarle comida de manera habitual, llevarlo al veterinario para sus revisiones o cuando esté enfermo, vacunarlo cuando proceda... Vamos, habrá que correr con los gastos que conlleva su cuidado como lo haríamos con cualquier miembro de la familia.

Una vez tengas en cuenta todo lo anterior, podrás valora si realmente estás o no preparado para adoptar una mascota.